Saludos cordiales, como activista de Obertament y socio de Activament Catalunya Central, dos agrupaciones de personas que en algún momento de su vida han sido enjuiciadas con un diagnóstico debido a un problema de salud mental, os quiero desear desde estas líneas, unas felices fiestas y un próspero año nuevo.
Vamos por un momento a olvidar que se han convertido en unas fiestas profundamente marcadas por el consumismo, y que estos años atrás nos hemos dado cuenta de que con menos también se puede sumar. Es decir, en estas últimas navidades yo podía apreciar en la gente que paseaba a mi alrededor una tristeza, y si no una tristeza, una falta de entusiasmo por las fechas en las que estábamos, que se hacia patente en sus ademanes; no, no han sido tiempos boyantes ni rimbombantes, esto causado por un factor común: el alto índice de parados y la inseguridad de los trabajadores hacía un futuro incierto.
Cuántos padres han tenido que ver cómo sus hijos decían adiós a los Reyes Magos, sin que estos dejarán nada a su paso, creedme es algo inhumano tener esa sensación, uno daría la vida por sus hijos y el no poder satisfacer la demanda de los pequeños que con su inocencia exigen a los Reyes en estas fechas, es triste, muy triste.
Otra cosa que influye en el estado de ánimo de estos días de Navidad es que son muy ilusionantes cuando el núcleo familiar está completo, es decir, cuando tus padres, tu pareja, tus suegros, tus hijos, tus amigos, están todos.
Cuando hay mermas y en la mesa de reunión de la cena o la comida navideña hay asientos vacíos, la nostalgia te invade y solo ves aquella ausencia. Por suerte para algunos siempre llega ’savia’ nueva para volver a ilusionar, un hijo, un nieto…
Este año parece que la gente haya dicho basta a los despropósitos y se perciba un poco más de talante festivo, la gente tiene derecho a ser feliz, y desde aquí quiero lanzar un mensaje lleno de optimismo, especialmente a todos los activistas y simpatizantes de Obertament, y a todos los socios y amigos de Activament, proponiendo crear una sinergia entre todos nosotros, que alcance a todas las personas que nos envuelven y nos llene de amor y de comprensión. Que olvidemos por unos días nuestras preocupaciones, y nos armemos de vitalidad y coraje, para vencer nuestros miedos más profundos y salir a la calle vestidos con nuestra mejor sonrisa y nuestros mejores propósitos.
Tal vez diréis y con razón que es muy fácil para mí decir estas cosas, que me ponga en vuestro pellejo, que camine con vuestros zapatos, etc. Sí, sé que no es igual para todos, pero es por ello que, aprovechando la oportunidad que me brinda Obertament de poder hacer extensible este escrito a todos vosotros, os voy a proponer una manera de, si no ser más feliz, sí intentar echar por el suelo algunas de vuestras limitaciones.
Desde aquí me ofrezco para daros mi soporte y mi conocimiento sobre algunos temas que os pueden interesar, y que pueden cambiar vuestra vida.
El otro día salía en Facebook una noticia alarmante, y era que un tanto por ciento muy elevado de personas con problemas de salud mental estaban sin trabajo, o no tenían acceso al mercado laboral. ¿Cuántos de vosotros querríais estudiar una carrera universitaria y no sabéis cómo hacerlo, o sencillamente acceder a unos estudios reglados?
Pues bien, yo me ofrezco a instaurar desde Activament Catalunya Central, un espacio para que tengan cabida todas estas inquietudes, que todos los activistas de Obertament, socios de Activament que lo deseen puedan buscar asesoramiento para cualquier duda que se plantee referida ha dichos conceptos: trabajo y estudio, tengan o no tengan grado de discapacidad reconocido.
Es posible una nueva vida si os dejáis aconsejar. Este es mi regalo de Navidad para todos vosotros, espero que no todo acabe en agua de borrajas y pueda intentar ayudar a cuanta más gente sea posible. Tal vez me dejo llevar por el ambiente de estas fechas, pero, ¿por intentarlo, vais a perder algo?
Y ahí va mi mensaje final: no hay limitación para una anomalía en salud mental, no son crónicas en la mayoría de los casos, no nos quedemos con los brazos cruzados, viendo la vida pasar, cojamos al toro por los cuernos y consigamos resultados.
Podemos trabajar, hay centros especiales que acogen gente con discapacidad psíquica; podemos estudiar, no me valen excusas de que yo ya soy mayor, yo no tengo memoria. Ponte las pilas, para ello me ofrezco a ti, para ayudarte a conseguir una mejor calidad de vida.
Os voy a dejar con un ejemplo del que me enteré el otro día. Sabéis que, entre las personas ciegas, hasta ahora, la gran mayoría trabajaba vendiendo cupones de la ONCE. Pues bien, ahora se han dado cuenta de que las personas invidentes desarrollan sobremanera el sentido del tacto, es por ello que a algunos de ellos los preparan para descubrir mediante sus manos, palpando en los pechos de las mujeres, cánceres de mama. ¿Qué, cómo os habéis quedado? Pues sí. No digas discapacidad, di: CAPACITADO.
Felices Fiestas a todos, abrazos para ellos, besos para ellas.
Carregant, un moment, si us plau