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Mi vida ahora tiene sentido, o lo que es lo mismo, le he dado sentido a mi vida, tengo algo a lo que aferrarme cuando me abduce el vacío existencial: el activismo.
Hay por suerte personas que no se conforman con un diagnóstico, y piensan como yo mismo que se puede dar la vuelta a la enfermedad y conseguir una vida digna y plena.
Gracias al activismo al darme la oportunidad de romper silencios, de mostrarme al mundo tal cual soy, siendo protagonista de una vida gris que se convierte de la noche al día en una vida épica.
Me doy cuenta de que sí, de que tengo una conversación pendiente, una muy importante. Es la que tenía que haber entablado con mi hija, hace ya mucho tiempo
Es posible una nueva vida si os dejáis aconsejar. Este es mi regalo de Navidad para todos vosotros
-Gillian no está enferma. Es bailarina. Llévela a una escuela de danza", le dijeron a una madre sobre su hija. Esa niña es hoy una de las coreógrafas de mayor éxito de nuestro tiempo. Solo necesitaba ser quien era realmente.
Mi voz, ronca ya de gritar en silencio, vuelve con renovada fuerza y con nueva ilusión para hacerme oír
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