Opinión sobre los consejos para la depresión del artículo de Código Nuevo, basado en el del psicoterapeuta Barton Goldsmith.
"1. Sal de la cama. Tu perspectiva cambiará cuando comiences a moverte."
He pasado muchas horas en la cama debido a la depresión. Y hay que salir de la cama. Pero no siempre puedes y no siempre es positivo. Muchas veces, ante los pensamientos más desesperantes, levantarme ha supuesto únicamente moverme al sofá. Y seguía teniendo pensamientos negativos. Es más, a veces me empeoraban porque no le encontraba sentido a mi vida y no había nada que consiguiera sacarme del sofá. En 25 años de depresión he aprendido que es importante levantarse, pero sólo si haces algo positivo. Cuando mis pensamientos entraban barrena (como un avión descontrolado), me iba mejor intentar dormir si estaba sola o hablar con alguien si podía. Parar los pensamientos negativos no es tan fácil como levantarse de la cama y ya está. Si así fuera, hace 25 años que estaría curada.
"2. Lee algo gracioso."
Alguna vez me he llegado a sentir bien leyendo cosas graciosas, pero pocas. Podía pasar horas mirando tonterías e incluso reír, si la táctica tenía éxito, pero, generalmente, en el momento que apartaba los memes y chistes de la vista me volvía a sentir miserable y vacía. Sólo había sido una pausa. Esto si no topaba por casualidad con alguna temática que me recordaba mis problemas personales. Entonces me ponía peor, porque no me hacía la más mínima gracia. Me podía deprimir más. Y he aprendido que tengo que hacer las elecciones con cuidado.
"3. Aprecia a quien te acompaña."
No, está claro. Odio a la persona que me consuela cuando me echo a llorar y no puedo parar, o que me ayuda cuando querría morirme. Es ironía.
Le agradezco la ayuda a mi marido. Lo quiero. Pero agradecérselo ayuda constantemente no me hace sentir mejor. No me gusta hacer sufrir a la persona que tengo al lado. Siento culpabilidad de estar triste y de que me tenga que consolar o de que sufra cuando me ve mal. Y mi pareja lo sabe. No le tengo que recordar constantemente que le agradezco su ayuda.
No ejerzo la depresión 24 horas en el día, 7 días por semana, 365 días al año. Si así fuera no habría llegado ni a los 20 años (y tengo 40). Reímos, hablamos de la actualidad, trabajamos juntos para hacer frente a los problemas, y muchas veces soy yo quien lo consuela o le da consejo a él. Porque todo el mundo lo necesita cuando pasa por un mal momento, no sólo quien tiene depresión. A veces no me lo agradece. Y no me hace falta que siempre me lo agradezca. Porque del mismo modo en que yo lo consuelo a él cuando lo necesita, él lo hace por mí. En esto consisten las relaciones humanas.
"4. Haz tareas."
Me he puesto a reír cuando he leído este punto. Mi sobrino de 3 años seguro que me daría mejores consejos. Él me diría "Juega conmigo" o haría ver que me lee un cuento, que sería su manera de decirme diviértete, haz una cosa que te gusta, una cosa que haría él.
Lo he intentado muchísimas veces, esto de hacer tareas. He llegado a hacerme un calendario con miles de tareas. ¿Sabéis qué? Si estas tareas no te importan, y no te importan cuando estás deprimido, es posible que no consigas hacer ninguna, ni una. O esto me pasaba a mí, al menos. Me deprimía más cuando me forzaba para poner una lavadora, barrer o hacer la cena. No podía. Si mi vida no tenía sentido para mí, ¿qué importancia tenía la ropa, el polvo o la comida? Para mí no tenía cabeza. Y obligarme a hacer cosas y fracasar en el intento era peor para mí.
Cuando estoy mejor, hago más cosas. Las tareas rutinarias continúan sin hacerme sentir bien. Las hago porque se tienen que hacer. Sí que me hacen sentir bien las actividades que me gustan y me importan. Cuando estoy mal me ayuda más darme un pequeño premio, como un baño o sentir aquella canción que me gusta, que intentar hacer actividades externas. Si me cuido a mí misma tengo más posibilidades de sentirme mejor que si pongo una lavadora. La lavadora limpia la suciedad de la ropa que usamos, no la nube de tristeza que ahoga mi mente.
"5. Dúchate."
No me activa ducharme. Me hace estar más limpia. Cuando estoy peor no me puedo ni desnudar para meterme en la ducha. Ducharme puede llegar a ser un esfuerzo tan titánico que quizás no lo consigo. Y si estoy varios días muy mal, el que me acaba llevando a la ducha es que me siento muy incómoda, muy sucia. No me trae el hecho de sentirme más activa o sentirme mejor después. En momentos así, no tengo ni energía para pasarme la esponja. Y dejo que el agua me moje la piel bastante tiempo hasta que consigo enjabonarme. Tardo en salir de la ducha porque me cuesta. Y cuando ya estoy fuera me siento agotada. En estos días tan malos, salir agotada de la ducha ya es todo un éxito.
"6. Come bien."
Comer bien está bien. Y cocinar y cuidarse, también. Quizás este psicoterapeuta me puede explicar cómo te lo haces para cocinar un plato bueno y saludable, para disfrutar, cuando tienes la nevera vacía porque hace una eternidad que ni siquiera consigues ir a comprar. O cómo comes bien cuando te arrastras sobre los pies para llegar al sofá.
Muchas veces no puedo comer nada si estoy mal. Si tengo hambre y puedo comer una manzana, restos de la nevera o cualquier cosa que engancho por el camino, es todo un éxito. Y soy una persona a la que le preocupa qué come. Pero con la nevera vacía, e incapaz de cocinar nada, si finalmente tengo hambre y sólo puedo comer una pizza o un plato preparado, me lo como. Porque necesito energía por cuando esté mejor, a ver si lleno la nevera con cuatro cosas rápidas y sanas para la próxima. Porque no siempre sabes cuando estarás bien y cuándo no. A pesar de que con el tiempo vas aprendiendo algunos trucos.
"7. Gestiona bien el dinero."
Que ahorre. Esta ofende. Yo soy afortunada y cobro 600€ de pensión, una miseria. Tengo conocidos que ni siquiera llegan a los 400€ y viven solos. Decir que lo pasan fatal casi es un eufemismo. Y este hombre habla de ahorro.
Como mi pareja trabaja, podemos comer cada mes sin problemas, aunque al final sólo comas pasta. Llevo roba hecha una porquería o que simplemente no me hace sentir a gusto conmigo misma porque no la puedo ir renovando cuando quiero o porque cuando la puedo comprar mi estado anímico me dificulta elegir cosas que me hagan sentir bien o que me sientan bien. Ya me gustaría poder ahorrar. Cuando llegue a final de mes y pueda comprar las cosas que necesito, si puedo, ya ahorraré. No tengo problemas para gestionar el dinero. Mi problema es que no tengo suficiente dinero.
"8. Socializa."
Este señor dice que me aíslo. Nada más lejos de la verdad. Sí, necesito el contacto humano. Pero cuesta no aislarse cuando te sientes discriminado, o cuando todo el mundo te da consejos milagrosos como estos para no tener depresión.
A veces necesito estar sola, y me doy la soledad que necesito. A veces necesito relacionarme socialmente, y no siempre lo consigo. No hay nada peor, para mí, que relacionarme con gente y tener que esconder que no me siento bien porque esto les da mal rollo o simplemente porque no quiero recibir consejos gratuitos que no me sirven. Tener que sentirte como no te sientes es como llevar una máscara, como hacer teatro. No soy actriz. Hacer ver que estoy bien cuando no lo estoy me agota tanto, emocionalmente, que tardo mucho en recuperarme.
Socializarme a la fuerza era lo que hacía cuando iba a trabajar todos los días, a pesar de vomitar debido a la ansiedad, por las mañanas, por el hecho de saber que estaría mal y escondiendo mis emociones durante todo el día. No es sano. Me tragué mis emociones mucho tiempos. Esto me llevó a intentos de suicidio y bajas laborales de año y medio.
Sería más fácil si pudiera socializar de forma normal y llorar si lo necesito, sin que nadie me juzgue, o quedarme en casa cuando lo necesito sin que me digan que me aíslo. Pero la sociedad no es así, desgraciadamente. Todavía hay que hacer mucha pedagogía.
"9. Medita."
Yo medito. Y no me ayuda muchísimo. Me ayuda un poquito, muy poquito. Para que me ayude tengo que estar medio bien. Y he tenido que practicar muchísimo para conseguir meditar cuando no estoy bien del todo.
Cuando estoy mal e intento meditar me cuesta controlar algunos pensamientos. He llegado a tener que parar de meditar para hacer otra cosa porque me estaba poniendo peor. De forma que he aprendido que para mí es mejor no hacerlo en estos momentos si no puedo. No hay ninguna solución mágica, y la meditación tampoco lo es.
Tengo amigos en el entorno de la salud mental a los que los pone muy nerviosos. Y no se tiene que ir dando lecciones. Cada cual tiene que encontrar qué le va bien. No a todo el mundo le va bien cada nuevo consejo mágico. A mí la meditación me ayuda con la misma intensidad que tomarme una infusión de tila o de valeriana, levemente. Pero yo sí que uso la suma de muchos poquitos de este estilo. Y todos junto no ayudan muchísimo, contribuyen a estar algo mejor. No existen los milagros.
"10. No te identifiques cono la depresión."
Quizás es el único que puedo estar de acuerdo, en parte. Yo no soy mi depresión. Pero para llegar a esto primero tuve que aceptar que la tenía. Y no fue un trabajo fácil. El problema es que este consejo lo encuentro peligroso, porque puede traer mucha gente a no identificar que tiene depresión. Y si no lo aceptas, no puedes hacer nada. Ahora tengo más estabilidad, y ha sido gracias a saber que la tengo, y que a veces no puedo hacer mucho. La depresión no suplanta mi personalidad, pero a veces tienes que aceptar que es un compañero de viaje molesto y que no te puedes deshacer cuando quieras de su compañía ingrata. Aceptar que estoy mal, en mis momentos bajos, me ayuda a tomar la decisión de descansar y coger fuerzas. Si no me tomo mi descanso, entro en el pozo por un tiempo más largo. Y entonces cuesta más salir.
Después de leer el artículo tengo una opinión sobre este terapeuta, pero no la compartiré. No haré la misma valoración superficial que hace él de personas que pasamos por una situación tan dolorosa cómo es la depresión.
Le he dejado leer a mi marido y se le ha escapado un suspiro. Le ha parecido una banalización brutal. Y tiene razón. Quizás estos consejos le sirven a una persona que está triste, pero no a una persona con depresión mayor, como yo. Se confunde la tristeza con la depresión, y no son el mismo. Si se quiere hacer un clickbait que lo hagan sobre la última operación de estética del famoso de turno o sobre el sexo de los ángeles. Pero que no me digan que si tengo depresión es por culpa mía. No ayuda. Agrava una problemática por la cual pasa muchísima gente.
Lo peor es que si alguien necesita ayuda y se lee este artículo, no recibirá ayuda porque perderá tiempo siguiendo unos consejos inútiles, y seguramente, por cuando la pida, estará mucho peor. Ojalá se pudiera retirar este artículo. Ojalá nadie banalizara las problemáticas de salud mental de este modo, porque no ayuda, porque empeora la situación y el trabajo que muchísimas personas hacemos cada día para revertir todas estas ideas erróneas y perjudiciales.
Si quieres superar la depresión, no hagas caso de consejos fáciles. No es fácil. Si fuera fácil no tendría depresión el 15% de la población en algún momento de sus vidas. Y consejos como estos sólo contribuyen a aumentar este doloroso porcentaje.
Cargando, un momento, por favor